CÉSAR OSWALDO VINUEZA

Un Misionero de la Educación

 "Mi misión es seguir ‘jalando’ con las fuerzas que la salud, 
la bendición y la posibilidad de seguir respirando me permitan"

Con su esposa Elizabeth Murillo,
Su señora madre y su hijo Sebastián
Al docente César Vinueza (Licenciado en Filosofía y Letras, Especialista en Educación superior, y Magíster en Filosofía), cuya labor de más de 25 años en Incolballet, 15 en el colegio Claret, y otros tantos en educación superior, dan fe de su idoneidad y bonhomía, las palabras que más lo caracterizan (de acuerdo con los docentes y estudiantes consultados) son amabilidad y respetoY es que -parafraseando al escritor norteamericano Mark Twain, autor de Las aventuras de Tom Sawyer- la amabilidad y el respeto son lenguajes que hasta los ciegos ven. Algunos estudiantes, egresados y colegas así lo confirman.


La maestra Fanny Eidelmann (docente de Folklor por muchos años en Incolballet y asesora pedagógica de Danza folklórica en la actualidad) dice que “César ha sido siempre un hombre afable, con una sonrisa cordial. Es muy atento, tanto con sus compañeros como con los estudiantes”.  

Y la profesora María Isabel Garrido, docente de química desde hace más de treinta años en esta institución artística, quien fungía como coordinadora académica cuando el profesor Vinueza se vinculó, manifiesta: “él siempre me ha parecido una persona muy tranquila, muy entregado a su trabajo. Es un gran profesor. Es muy afectuoso con los estudiantes. Y lo mejor: tiene una excelente familia”.

Con compañeros de Incolballet
Con estudiantes de Incolballet
Así mismo, Jenifer Katherine López, egresada del programa de Ballet hace ocho años y profesora hace cinco, dice: “Conozco al profe César desde que yo tenía ocho años. Pero él me conoce desde que era una bebé, porque mi mamá (Carmenza González) lleva mucho tiempo trabajando aquí en la parte administrativa. Ahora somos colegas y siempre hemos tenido una buena conexión, una cierta amistad que uno va haciendo con sus profes. Fue mi maestro de sociales y en algunos grados fue mi director de grupo.  Siempre ha sido afectivo, mediador. Nunca un regaño, nunca una mala palabra”.

Con estudiantes de Incolballet
“Es un profe tranquilo, muy respetuoso con lo que dice. Me parece muy intelectual”, asegura Camila Olaya, estudiante de V de Danza Nacional (grado décimo). “Las clases de él son muy didácticas. Me gusta cuando nos pone a ganar puntos, porque hay que estar pilas con las preguntas que hace. Explica muy bien, de manera que nosotros entendamos”, complementa Isabella Cuero, del mismo grado y programa.


¿Cómo llegó a Incolballet, profe César?
Con compañeros de Incolballet
Bueno, eso fue por allá en 1990. Yo trabajaba en el colegio Pío XII, aquí al lado, y un día llegó la coordinadora académica de Incolballet, que era la profesora María Isabel Garrido en ese momento, buscando con urgencia un profesor de sociales. Mi jornada en el Pío era hasta las dos de la tarde, así que sólo podría ayudarle desde esa hora. Y empecé aquí como profesor de hora cátedra. Y en 1993 fui nombrado oficialmente como docente en propiedad. Ya son 25 años y espero continuar.


¿Cómo es trabajar en dos colegios que, además, son distintos?
Me gusta trabajar en los dos colegios porque cada uno tiene su propio estilo, desde su PEI, sus valores y propósitos particulares. En Incolballet soy docente académico, lo que llamamos aquí “formación común”.  Para mí fue toda una novedad llegar a un colegio artístico, y -sobre todo- público, con una dinámica propia que no se parece a la de ningún otro colegio del Estado. 

Y en el Claret, trabajo asumiendo el compromiso con el evangelio, donde lo humano visto desde la perspectiva cristiana no riñe con mi propia fe, lo que hace que sea posible trabajar en diferentes áreas del conocimiento.

Al ser disímiles, el trabajo en estos dos colegios es agradable, por cuanto no se hace lo mismo en ambos. Tal vez son los mismos temas, pero la manera es distinta, pensando en proyectos de vida distintos, lo cual hace que -siendo el mismo docente y la misma área- la finalidad sea diferente frente al estudiante que espera algo de ti y tú comulgas con eso. Trabajas para la profesionalización de los jóvenes claretianos, en diferentes aspectos de la vida social que les espera; pero trabajas también para la profesionalización de bailarines que esperan ser distintos en una sociedad como la nuestra.


¿Qué le satisface de ambos colegios?
Los proyectos de vida. El de Incolballet no sólo tiene un principio, también tiene un fin. Se exige la coherencia de un Plan en el que el arte, la disciplina y la danza deben ser esenciales en la vida de una persona, pero también deben serlo para quienes están al frente de ellas. Tuve la fortuna de que una de mis sobrinas, Melissa Vinueza, hiciera toda su formación en Incolballet y hoy hace su trabajo profesional, enseñando y bailando, en Argentina.

Así como ella, hay otros tantos estudiantes que retornan al colegio un día a contarnos en qué lugar del mundo están y qué están haciendo, lo que nos permite configurar ese perfil que un día desde una clase de sociales, de matemáticas, de ética, o desde el ejercicio en una sala de ballet, se fue consolidando para hacer de ellos y ellas personas valiosas e importantes en la vida.

Esto me parece fundamental. Por eso creo que Incolballet va hacia la consolidación de un proyecto que genere más cobertura; es decir, que más gente tenga la posibilidad de acceder a un proyecto de vida en el que las personas puedan encontrarse a sí mismas y descubrir y explorar sus talentos, sus habilidades. Un proyecto que reconozca que en un país como el nuestro -que no es ni el más desarrollado ni el más culto-  hay gente que puede hacer la diferencia, porque puede alcanzar desarrollo cultural, emocional, mucho más allá del estándar.

Con su hijo Sebastián Vinueza
(egresado claretiano)
Y en cuanto al perfil claretiano, es muy allegado a lo que en alguna época yo llamaba “el perfil salesiano”, porque soy exalumno salesiano (mi hijo Sebastián es egresado claretiano) y en las experiencias de vida he pasado por la filosofía de don Bosco y por la filosofía franciscana, como la que compartí en una época en el Pío XII y en la universidad de San Buenaventura.

Y al encontrarme con un perfil claretiano misionero no se desliga de lo que ha sido mi perfil personal, propio, en el no asumir el trabajo docente como una simple fuente de salario, sino como una vocación en la que se desarrolla un proyecto de vida.

Caricatura de César Vinueza,
realizada por Franz Del Castillo
(el dibujante más veloz del mundo)
En eso, la esencia de ser un profesor para el Claret tiene sentido. Y las nuevas generaciones que se han ido vinculando seguramente tienen el propósito de asumir un papel así, retador, interesante.  Y más ahora cuando se abren a expectativas como el bilingûismo, como la coeducación (en el sentido de que ya tendremos en este nuevo año lectivo una promoción mixta). El proyecto de vida de estos claretianos apunta hacia la universidad y hacia el trabajo, lo que les permitirá incidir en la sociedad como se debe, como caballeros y damas claretianas. Pienso que los proyectos de vida, tanto en el Claret como en Incolballet, están trazados. Son proyectos que se van construyendo desde la individualidad pero que se vuelven colectivos cuando el objetivo es común en cada institución.

Con su esposa Elizabeth Murillo
¿Y su Proyecto, profe?
En mi caso, considero que mi misión es seguir “jalando” con las fuerzas que la salud, la bendición y la posibilidad de seguir respirando me permitan. Mi esencia es ser docente, ser profesor; así como me reconocen en tantas partes. Porque no dejas de ser en el espacio en que estés, en cualquier lugar del mundo donde te encuentres serás el mismo. Serás el docente que un día dijo “esto”, o que hoy está enseñando “aquello”. Serás el docente que un día corrigió y al siguiente aplaudió; que estimuló y que supo llevar hacia un futuro más cierto aquellas expectativas que en algún momento fueran sólo un sueño y que ahora son realidad.

¿Cómo aprovecha sus vacaciones?
Disfrutando del Circo del Sol, con su familia, en Bogotá.
Viajando con mi familia. Hemos ido a México, Argentina, República Dominicana, Estados Unidos, Panamá, entre otros países. Y también por muchos lugares de Colombia. Es la experiencia que te hace ciudadano del mundo, abre tu mentalidad a otras realidades, con seres humanos que tienen otras necesidades. Es el disfrute de otros aires, cargados de expectativas.







EXPRESARTE INCOLBALLET AGRADECE AL PROFESOR CÉSAR VINUEZA POR SU TIEMPO Y AMABLE ATENCIÓN.





Comentarios

Entradas populares de este blog

ANA YULI MOSQUERA BECERRA

LA MAESTRA FANNY EIDELMAN DE SALAZAR

ALEJANDRO PRIETO HURTADO